Corazón de Hielo
Hace mucho tiempo en un reino llamado aurendel donde Vivian claro una rey y una Reyna del
cual tenían 2 hijos llamados Liam y Ángel también claro su pueblo todo era
común y nada extraño en ese reino hasta que una noche.
-Liam, estas despierto- dijo Ángel tratando de levantar a su
hermano.
-Ángel, ya duérmete- dijo su hermano algo encamorrado.
-no puedo, el cielo ya despertó y yo también, ahora debemos
jugar-dijo su hermano
-Ángel ya me quiero dormir- en eso aventó a su hermana al
piso, pero Ángel se le ocurrió una idea interesante.
Se levantó del piso, se subió a la cama de su hermano y…
-y si hacemos un muñeco- dijo Ángel.
Liam medio despierto sonrió y rápidamente ambos hermanos
corrieron hacia el salón más grande y vacío que estaba en el castillo para
jugar en silencio para no despertar.
-¿listo?-pregunto Liam
-sí, sí, as la magia la magia- decía Ángel emocionado.
En ese momento Liam hizo una bola de nieve con sus manos, lo
lanzo hacia el techo y de repente empezó a nevar en todo el salón, Ángel y Liam
jugaban en la nieve en eso Liam creo un muñeco llamado Olaf.
-hola me llamo Olaf y adoro los abrazos- dijo Liam con voz
aguda.
-te quiero Olaf-dijo abrazando al muñeco de nieve.
Después de eso Liam hizo unas cuantas montañas de nieve para
que Ángel brincara en ellos pero Ángel brincaba tan rápido que antes de que Liam
hiciera la última montaña resbalo, Ángel brinco pero antes de que callera Liam
preocupado lanzo un pequeño polvo de nieve para que no saliera lastimado sin
embargo fallo y le dio en la cara haciendo que Ángel callera un pequeño sueño, Liam
preocupado fue en su ayuda pero no despertaba de pronto una parte de su cabello
comenzó a tornarse blanco.
-¡MAMA!,¡PAPA!- grito Liam.-no te preocupes Ángel yo te
cuido.
En eso rápidamente sus padres entraron al salón.
-Liam ¿Qué has hecho?-dijo su padre preocupado.
-nada solo estábamos jugando y..-dijo Liam preocupado.
-Esta frio- dijo su madre
-Ya se donde debemos ir- dijo el rey, en ese momento fue a
su librero para encontrar un mapa que
los conduciría a los trolls, en cuanto lo encontraron fueron corriendo hacia allá
junto con Liam.
Sin embargo no sabían que llamarían la atención de una
pequeña niña llamada Lila que junto a su amigo reno que la acompañaba.
-¿nieve?- dijo la niña al ver un camino de hielo, fue tanta
su tentación que ha escondidas fueron tras ellos, en cuanto llegaron se
escondieron para observar.
-ayúdenme por favor
es mi hijo- dijo el rey.
El piso comenzó a temblar un poco, varias rocas se dirigían hacia
ellos en cuanto las rocas estaban frente a ellos les salieron pies, manos y
cabeza no eran más que trolls.
-siento aquí una magia rara-dijo el más anciano de todos.-sus
poderes ¿son de nacimiento o hechizo?
-De nacimiento y están
creciendo-dijo el rey tartamudeando un poco
-rápido tráigalo hacia acá-le dijo el troll a la Reyna
La Reyna bajo hacia el troll más grande de todos para que revisara
a su pequeño.
-oh! No pasó nada, por suerte no llego a su corazón un corazón
congelado no es sencillo de alterar, pero es fácil convencer a la mente- dijo
el troll.
-haga lo que sea correcto-dijo el rey.
-yo propongo borrar los recuerdos especialmente los que
tienen magia, pero no se preocupen la diversión se quedara- dijo el troll
mientras borraba los recuerdos.
-Entonces va olvidar que tengo poderes-dijo Liam algo
triste.
-es por su bien-le dijo el rey.
-Escucha Liam tu poder seguirá creciendo, tienes un poder
muy especial pero a la vez peligroso, aquí el miedo será tu enemigo-dijo el
troll.
-¡aaah¡- grito Liam algo asustado.
-No, el aprenderá, lo contrólala, mientras tanto cerraremos
las puertas, las ventanas, disminuiremos el contacto con la servidumbre, apartaremos el espacio con la
gente, incluso de Ángel.
Después de aquel día los reyes cambiaron sus
habitaciones así podían estar a salvo
ambas de una u otra manera, pero Ángel
pues se sentía incómodo pues aquella
hermandad y diversión con su hermano se había acabado, pero no perdía las
esperanzas pues siempre que tocaba a su puerta la pregunta era..
¿Liam?
¿Y si hacemos un muñeco?
Ven, vamos a jugar!
Ya no te puedo ver jamás
Hermano sal
Parece que no estás
Solíamos ser amigos
Y ya no más
No entiendo lo que pasó!
¿Y si hacemos un muñeco?
No tiene que ser un muñeco
Déjame en paz, Ángel
Ya me voy.
Pasaron los años y los príncipes ya eran adolescentes por más
que Ángel trataba platicar con su hermano él lo rechazaba pero no se daba por
vencido pues cuando se acercaba a su puerta decía.
¿Y si hacemos un muñeco?
En nuestra bici hay que pasar?
Tu compañía hace falta aquí
Con los retratos ya
Empecé a conversar!
No te rindas john
Es algo aburrido
Solamente ver
Las horas decir tic tac
(Tic tac tic tac tic tac tic tac).
Después de aquellos años de adolescencia ya los príncipes eran mayores ya eran unos jóvenes.
-¿ya se van?-pregunto Ángel a sus padres pues se preparaban para
ir a una boda de un familiar.
-no tardaremos, cuídate hijo- dijo su madre.
En eso bajaron las escaleras y Liam estaba ahí asiendo
reverencia y con miedo pues aun no sabía controlar su poder.
-Confiamos en ti Liam- dijo su padre.
Después de eso subieron al barco pero desafortunadamente
para ellos ese viaje era el último pues fueron atrapados por una grave tormenta
que inundo el barco y no se supo más sobre los reyes, después de las oraciones
para sus padres, Ángel se acercó a su puerta y dijo.
Liam, sé que estás adentro
Me han preguntado a dónde fue
Ese valiente, y de mí traté
Te vengo a buscar
Déjame entrar
Tú eres lo que tengo
Sólo escúchame
Ya no sé qué hacer
¿Y si hacemos un muñeco?
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